El uso de la tecnología forma parte de la rutina diaria de nuestras vidas y, por tanto, también de la de nuestros hijos. Muchos padres son de la opinión que es mala pero lo cierto es que esto solo depende del uso que se le vaya a dar.
Con la llegada de Internet y su uso en prácticamente todas las actividades diarias, el mundo está más conectado y de ello debemos poder beneficiarnos. Ni es bueno pensar que cualquier avance es positivo ni tampoco pensar que es todo malo. Lo importante va a ser poder sacarle partido a todos los avances tecnológicos pero para ello debemos conocer los riesgos y peligros que puede entrañar.
Por poner un ejemplo podríamos decir que las Redes Sociales son buenas porque han venido a cumplir una misión que permite que en un mundo en el que cada vez es más dificil compartir el tiempo con nuestros familiares y amigos podamos mantenernos siempre en contacto con ellos. Pero también hemos visto como estas redes se están mal empleando, por ejemplo, para acosar. El acoso escolar no es nuevo pero en este campo virtual ha encontrado un nuevo espacio pero no porque existan las redes sociales sino porque se están empleando mal.
Los padres debemos ser conscientes de que cuando nuestros hijos comparten algo en las redes están abriendo una puerta que luego va a ser muy dificil cerrar, pero eso no significa que no se deba hacer, sino más bien que debemos ser conscientes de educar a nuestros hijos en que conozcan que puede tener repercusiones y que por tanto deben asumir responsabilidades. Si, por ejemplo, decidimos hacer una foto, debemos saber que en los datos de la imagen queda registrada la hora y fecha, el posicionamiento de la misma, los datos técnicos, etc, y que si la compartimos toda esa información puede ser descifrada por personas con intereses ocultos.
Los padres debemos estar implicados en el uso que nuestros hijos hacen de la tecnología, debemos conocer los límites que debemos marcarles, pero siempre desde el conocimiento y no desde la prohibición. Al igual que no les permitimos ver una película que no van a entender o que no les conviene, también debemos actuar en consecuencia con la tecnología. Saber lo que hacen nuestros hijos con sus teléfonos inteligentes, sus tabletas y sus equipos informáticos debe formar parte de nuestra resposabilidad como padres.