Los especialistas de la asociación Recurra-Ginso insisten en que estas actividades no académicas “pueden actuar como un escudo contra el acoso escolar y el aislamiento social, siempre que exista una supervisión adecuada y una elección consciente”.
Asimismo, las extraescolares ayudan a manejar el estrés y la ansiedad “a través de desafíos estructurados y oportunidades de interacción”, y a desarrollar habilidades básicas como la comunicación, la tolerancia a la frustración o la concentración, entre otras.
Comunicación
“La comunicación entre padres e hijos es fundamental antes de decidir qué actividad va a realizar el menor”, afirma el psicólogo, por lo que recomienda observar la personalidad del niño y adolescente, así como sus gustos, intereses, habilidades y rutina equilibrada para elegir acertadamente.
Edad del menor
Según Jesús Villanueva, para escoger las actividades extraescolares de los hijos se debe prestar atención a la etapa vital que viven. “De 0 a 12 años se recomienda (teatro, dibujo, música, deportes…); de 12 a 16 años la decisión deberá ser consensuada entre padres e hijos, basándose en los gustos y necesidades del menor, y a partir de los 16 años, los padres deben dar mayor autonomía y acompañarlos en su elección”, sentencia.
Adaptación al entorno escolar
El experto recomienda tener en cuenta el tipo de colegio del niño y su enfoque digital. “Si el colegio de nuestro hijo es 100 % digital, será beneficioso que las actividades extraescolares no impliquen pantallas para que haya una desconexión y mejore su salud mental. Por el contrario, si el joven va a un centro educativo que hace poco uso de la tecnología, podemos optar por potenciar este área con cursos de informática, robótica o programación”.
Motivación y desarrollo
Ajustar las actividades a los intereses y gustos del menor, optando por opciones que le motiven y que puedan ampliar su conocimiento y habilidades. “Se puede hablar con el joven y preguntarle si conoce o puede conocer alguna actividad que se le de bien y pueda ser beneficiosa para él”.
Grado de compromiso
Según el especialista, el menor debe aprender que hay un grado de compromiso en la realización de la actividad y que en muchas ocasiones no siempre se hará lo que gusta, sino lo más conveniente.
Supervisión de los padres
Los padres deben implicarse y comprometerse con la actividad extraescolar que realizan sus hijos. “La mejor forma de implicarse y que nuestro hijo tenga éxito es conocer a los responsables de la actividad, los valores que promueven y los objetivos que se persiguen.
Equilibrio saludable
Otro aspecto importante es no sobrecargar a los jóvenes con actividades. “El tiempo libre y el aburrimiento son esenciales para su bienestar y desarrollo, así como la combinación de formato en las tareas (intelectuales, sedentarias, educativas)”, afirma el especialista.
Asesoramiento profesional
Ante la duda, los profesionales del centro educativo o psicólogos siempre pueden dar recomendaciones sobre las actividades extraescolares que más se adaptan a los gustos y necesidades del menor.